El gesto arquitectónico: un elemento perceptible

    El gesto arquitectónico consiste en la forma en que se perciben los espacios, que la arquitectura organiza, de manera que se pueda entender cómo habitar el espacio. La arquitectura se encarga de buscar soluciones a diferentes problemas, y estas soluciones deben ser comprensibles, dándole así un significado al espacio. Sin embargo, la forma en que se percibe un espacio se asemeja más a una opinión, lo que infiere que dos personas pueden percibir las utilidades de un espacio de manera diferente. Por esta razón, los espacios deben ser un reflejo de las soluciones a los problemas, y deben ser pensados siendo conscientes sobre las diferentes formas en que se perciben los espacios, para así darles sentido.

    La arquitectura se basa en la solución de problemas mediante respuestas relacionadas con lo funcional y/o lo estético. El arquitecto visualiza la realidad y las maneras de alterarla para poder llegar a una decisión asertiva sobre el contexto del espacio. De esta forma, la arquitectura combina ideas, elementos técnicos y perspectivas creativas para crear y/o modificar espacios, con el fin de que tengan funcionalidad y significado propio. La conceptualización se lleva a un estado más concreto y físico, creando un espacio correspondiente a los problemas y soluciones planteados. El espacio que se diseña es una manifestación viva de cómo debe ser habitado para facilitar su utilización.

    Para entender la correcta utilización de los espacios, estos deben ser perceptibles. Por ello, su significado es más una opinión que entiende cada persona que habita el espacio. Esto hace que se comprenda que dos personas pueden entender el propósito de un espacio según lo interpreten. Esto se debe a que el ser humano, por naturaleza, tiene diferentes pensamientos y razonamientos. Por ejemplo, en un grupo de diez personas, aunque una pensó diferente el significado de algo, las otras nueve coincidieron porque un detalle, conocimiento o razonamiento les hizo entender lo que era. En la arquitectura puede haber diferentes formas de ver los espacios; sin embargo, está en el arquitecto dirigir, mediante el gesto arquitectónico, a la mayoría de las personas a la intención principal y primordial por la que se deja llevar la composición de un espacio.

    Al idear un espacio, el arquitecto debe tener en cuenta no solo la percepción racional de este, sino también todos los puntos de vista que sean posibles. Claramente es imposible que todo el mundo entienda algo al instante sin ninguna explicación; sin embargo, es parte del gesto arquitectónico poder entender a los diferentes usuarios de un espacio. Simplemente con pequeños detalles es posible guiar la percepción para entender el espacio. El gesto arquitectónico es ciertamente complicado de entender, debido a lo que significa percibir un espacio. Sin embargo, con una buena aplicación de detalles técnicos y creativos, se le da un significado más perceptible para los demás.

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