¿Qué implica el diseñar?

    Diseñar es mucho más que trazar líneas, puntos y planos. Es el acto de plasmar una idea para que se vuelva realidad, adquiriendo un significado profundo no solo al resolver problemas de manera funcional, sino también al crear una experiencia completa. En la arquitectura, la aplicación de lo bello y lo funcional es esencial. La verdadera esencia del diseño arquitectónico recae en la capacidad del arquitecto para fusionar ambos aspectos, llenando de significado a su creación.

    Todo diseño comienza con una idea y un concepto. Sin embargo, estas ideas solo adquieren un significado real cuando se materializan. Este significado va más allá de su funcionalidad; consiste en la experiencia que el diseño crea. Un diseño debe cumplir con los principios básicos de su función, pero también debe tener elementos que eviten que sea un objeto vacío y frío. Mediante una incorporación correcta, la función y la belleza se integran de manera complementaria.

    En la arquitectura, un diseño debe ser la fusión perfecta entre lo bello y lo funcional. Sin la belleza, lo funcional pierde su armonía. Aunque la belleza a menudo se percibe como algo superficial, es un elemento vital del diseño. Al incorporar la estética, las cosas comienzan a transmitir y a relacionarse con su entorno. Lo estético no es un simple añadido; es lo que hace que las cosas sean memorables y expresivas.

    Cuando el arquitecto diseña, busca esa mezcla integral entre lo funcional y lo bello para que los conceptos, que en algún momento solo fueron ideas, se conviertan en realidad. Al diseñar, se tiene la capacidad de crear una gran cantidad de nuevas realidades. No solo se trazan líneas; se crea un nuevo lenguaje, lleno de actos poéticos y prácticos a la vez. Al diseñar, buscamos más que la simple funcionalidad: buscamos crear algo que se pueda sentir y percibir de una manera única.